“El presidente Ortega es un
hombre inteligente y no carente de visión que puede enderezar esto; definir
mejor el uso de los suelos, hacer que las leyes se cumplan”, es lo que
recomendó el asesor ambiental de la presidencia, Jaime Incer Barquero, al
presidente Daniel Ortega.
Incer Barquero denunció
nuevamente que existe una destrucción “desmedida de los bosques, y hay una red
operando con gran impunidad”, dijo al referirse a lo que llamó “mafia
maderera”. Para Barquero, el problema es que nunca se le obligó a los madereros
a reforestar.
Según el científico, ”Se creó una
cultura de destrucción a la naturaleza que ahora resentimos porque afecta la
sobrevivencia de la población. Se puede tener madera con el uso racional del
bosque y aunque está bien que se reforeste, es más importante conservar los
bosques productores de agua. Hace falta ordenar y planificar la tierra”.seguir leyendo.....
”No existe ningún incentivo
fiscal que estimule al dueño de la finca, salvo excepciones a que siembre y
cuide los bosques. No podemos pronosticar que los 100 mil árboles a ser
plantados se transformarán en bosques, porque éstos ameritan de cuido y riego.
Por ello, se debe mantener corriendo los ríos, el nivel de lagos y lagunas,
aunque es una buena medida iniciar el proceso de reforestación, no es una
medida que queda muy atrás de reponer las miles de hectáreas que se están
sacrificando en todo el país”, refirió.
Barquero señaló que prevalece un
comportamiento que indica que Nicaragua está perdida, ”Si no hay apoyo al
proceso de reforestación, vamos a terminar en un desierto por la falta de
planificación ambiental y ambición de unos pocos. Nicaragua no va levantar su
cabeza si la base de su producción está dañada”, indicó.
Asimismo aseguró que no se hace
nada al declarar un Estado de emergencia forestal. ”Las declaraciones por sí
solas si no están acompañadas por acciones convincentes, no se hace nada”,
resaltó al hacer un llamado a los empresarios y agricultores a cuidar y
conservar los bosques que representan la principal base y materia prima para su
propia producción. “Es más fácil conservar los bosques, que replantarlos”,
valoró Incer Barquero.
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